Por amor a su mascota crea Lomont
EL NORTE/ Staff
Sin duda, el amor a una mascota puede llevarnos a realizar cosas increíbles, por ejemplo, crear hospitales veterinarios con tecnología de punta
Esa es la historia de Gabriel Ontiveros, dueño de Toño, un perro labrador a quien quiso entrañablemente y luchó tanto por él, que prácticamente le cambió su vida.
Gabriel, un ingeniero de profesión y padre de familia, necesitaba un lugar donde atendieran a su mascota cuando salían de vacaciones, una pesadilla previa al descanso ya que no encontraba un sitio en el que Toño se sintiera como en casa.
Así que creó un hotel para mascotas consentidas llamado Lomont (palabra compuesta de las frases "lo mejor de Monterrey" y "lo mejor de Ontiveros").
Con el correr de los años y por necesidades de sus clientes se fueron contratando médicos. Entonces, el hotel amplió sus servicios también como clínica veterinaria.
Pero cuando Toño enfermó, la historia se repitió: Gabriel necesitaba un lugar con equipo más especializado que pudiera dar resultados óptimos para el diagnóstico de su mascota.
Claro, como buen ingeniero decidió estudiar la carrera de Médico Veterinario Zootecnista, pues deseaba saber más sobre el tema.
Fue así como la pasión por su profesión y el amor a los animales, llevó a esa pequeña empresa a subir el siguiente escalón, convirtiéndose en un hospital veterinario.
"Toño murió hace un par de años, eso me causó un gran dolor, pero a la vez estoy feliz porque el tiempo que estuvo con nosotros hicimos todo lo posible para que tuviera una magnífica calidad de vida y le estoy agradecido por haber sido un gran compañero y darme la pauta para ofrecer una atención médica más especializada", recuerda Gabriel, ahora director general de los hospitales veterinarios Lomont.
En la actualidad son cuatro los centros de atención para mascotas que ofrecen sus servicios uno en Guadalajara, uno en San Pedro, Garza García, y dos en Monterrey; tres de ellos con servicio las 24 horas del día.