LA MEMORIA ES CRUEL
Alejandra Jimena Medina Gómez
Óleo sobre tela
90 x 70 cm



“En esta obra plasmo un instante único e irrepetible, de reflexión
de la vida del ser humano, un momento en donde
uno medita y se pregunta ‘¿qué hago de mí?’, la imagen trata
de ser una respuesta a esta cuestión, pero también hay que
poner atención en los espacios vacíos que nunca podrán ser
llenados. El espacio en el que uno está más vulnerable, hace
que todo tenga sentido mediante la desnudez. El lugar común
fuera de lugar; la espera de que algo suceda, la vida, la muerte,
un simple chorro de agua; un instante que parece nunca
acabar, lo eterno de un segundo en la palma de las manos
o en el suelo, todo es aterrador en ese lapso. La coladera al
norte, lugar donde todo converge y se diluyen los remordimientos.
¿Qué es la vida? Un cuerpo joven que muestra el deterioro
de nuestra época, unos senos que no están dispuestos
a mamantar más que a los sueños propios. La falta de vello
púbico muestra un deseo sexual incontrolable, pero insatisfactorio.
¿Dónde está parado? Los azulejos como piezas de
un rompecabezas que es la existencia humana, que se une y
se percute con los recuerdos de la memoria, la cual puede ser
cruel. Siempre recordamos las peores cosas en los momentos
menos indicados. Se ha abierto la regadera y se espera que
corra el agua, pero no ha caído. ¿Soy yo la que está aquí? Al
parecer, me hago más preguntas que respuestas y fijo mi mirada
en una parte del cuadro. ¿Cuál? La que sea, no importa,
por un momento puedo ser otra y la misma.”